Lo aparentemente difícil en un primer momento, suele dejar de serlo tras una segunda lectura o meditándolo el tiempo necesario. La fuerza creadora existente en nuestro ser interior, se encuentra permanentemente disponible para que la utilicemos, pero primero debemos ser conscientes de su intangibilidad, por lo tanto no puede ser cuantificada bajo ninguna circunstancia por otras personas, solamente lo sabremos nosotros mismos o por siempre lo ignoraremos.
La fuerza en cuestión podemos utilizarla de infinitas formas, debiendo velar que siempre sea para hacer el bien, nunca con fines egoístas ni en perjuicio de nadie, de lo contrario el daño realizado nos volvería como un boomerang, por la simple e inexorable ley de causa y efecto.
La fuerza en cuestión podemos utilizarla de infinitas formas, debiendo velar que siempre sea para hacer el bien, nunca con fines egoístas ni en perjuicio de nadie, de lo contrario el daño realizado nos volvería como un boomerang, por la simple e inexorable ley de causa y efecto.
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