" TODO AQUELLO QUE LA MENTE HUMANA PUEDE CONCEBIR O CREER, SE PUEDE ALCANZAR "



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miércoles, 9 de abril de 2008

SUMERGETE EN EL ROSA

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Nada mejor que un baño de rosas para relajar y estimular tus energías....YO TE RECOMIENDO ROSAS ROSADAS...llena de petalos tu bañera y !!! sumergete !!!

.- Si ya has vuelto de vacaciones, si todavía tienes la suerte de encontrarte inmerso en ellas o si ya estás en su sprint final, te propongo que te dediques un tiempo para mimarte y relajarte antes de que vuelva la rutina. Solamente serán necesarias un par de horas de tu tiempo, aunque es imprescindible que apagues el móvil, te olvides de los niños y te hagas con un buen repertorio de música relajante.

Lo primero es comenzar la jornada con una dieta de desintoxicación: frutas, verduras, zumos, infusiones y agua sin medida te ayudarán a que desaparezca la pesadez de estómago (gran compañera en estos días de estío). Arranca con un baño relajante. Pon en la bañera un poco de agua caliente, la temperatura perfecta es de 38 grados, con sal, algas -acércate al herbolario más cercano que encuentres, es fácil que las tengan- y unas gotas de lavanda. Si quieres puedes agregar unos pétalos de rosa para perfumar y calmar la piel. Permanece alrededor de 30 minutos, eso sí, cierra la puerta para que en el baño se concentre el calor, cierra los ojos e intenta dejar la mente en blanco.

Cuando vuelvas otra vez a la realidad, lo que toca es eliminar las células muertas. Puedes optar por comprarte un exfoliante en la perfumería de turno o, si eres fan de lo natural y adoras los remedios caseros, utiliza agua con azúcar o sal. Fricciona suavemente pero con energía toda tu piel, empieza por los pies y evita las zonas sensibles del cuello y busto. Hazlo con movimientos circulares y alargados alternativamente. Cuando ya tengas la piel lisa y tersa, activa la circulación con una ducha de contrastes. Aunque por el nombre te parezca algo muy complejo, no lo es: simplemente consiste en ducharse con agua tibia, caliente y fría, alternativamente.

Una vez concluido el proceso acuático, ya sólo te queda la parte de la hidratación. Con mucha suavidad y masajeando cada zona, aplícate una crema que hidrate y nutra tu piel. Tómate tu tiempo y deja que el producto actúe antes de vestirte de nuevo. Si después quieres reponer fuerzas, nada mejor que un paseo al sol para llenarte de energía.

¡Como ves no es tan difícil! Ahora sólo falta que te acostumbres a dedicarte tiempo a ti mism@...

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