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miércoles, 2 de abril de 2008

EL MIEDO


Existen dos clases de miedo: el impropio y el apropiado. También se puede dividir en miedo a lo inevitable y a lo evitable.

La clave para tratar con el miedo es analizar qué clase de miedo tenemos y transformar los miedos impropios a lo que no podemos cambiar en miedos apropiados a lo que sí podemos cambiar. Entonces, debemos utilizar estos últimos como motivación para refugiarnos en las Tres Joyas y evitar las dificultades, e incluso finalmente lo que en este momento parece inevitable, como las enfermedades, el envejecimiento y la muerte.

Es necesario que nos preguntemos a qué tenemos miedo. Por ejemplo, ¿tenemos miedo a ponernos enfermos? Puesto que en la actualidad no podemos elegir nuestro estado de salud, este miedo no es constructivo. Sería más apropiado tener miedo al renacimiento contaminado y a los cuatro ríos del nacimiento, el envejecimiento, las enfermedades y la muerte, causados por los engaños.

Este miedo es constructivo y se llama renuncia, el deseo de escapar para siempre de los sufrimientos del samsara, incluidas las enfermedades. Con esta motivación es posible conseguirlo.

También es posible que tengamos miedo a la muerte. De nuevo, puesto que esta es inevitable, este miedo no es constructivo y nos conducirá a actitudes erróneas, como negar su existencia o tener la sensación de que nuestra vida carece de sentido.

Sin embargo, aunque vayamos a morir, no tenemos por qué hacerlo con una mente incontrolada. Por lo tanto, es mejor transformar nuestro miedo a morir en miedo a hacerlo con una mente incontrolada, puesto que de este modo podremos prepararnos para una muerte apacible.

O quizá tengamos miedo al rechazo. De nuevo, ¿de dónde procede en realidad este miedo? Probablemente se trata de miedo a no agradar a los demás. ¿Qué podemos hacer al respecto? Podemos cambiar nuestra manera de pensar y estimarlos. Esto está dentro de nuestras posibilidades.

Nuestro miedo al compromiso o a quedar atrapados sin poder dar marcha atrás también se puede transformar en temor constructivo reconociendo que lo que en realidad nos atrapa es nuestra propia mente.

El miedo apropiado surge al reconocer que todavía no nos hemos comprometido a escapar del samsara y nos anima a tomar la determinación de hacerlo.

En resumen, no podemos controlar el devenir de los acontecimientos, pero podemos aprender a controlar nuestra mente, actitud y conducta, y de este modo liberarnos de manera gradual de todos los miedos. Como dice Shantideva en su Guia de las obras del Bodhitsatva:

«Buda, el ser apto, dice:
"Por lo tanto, todos los miedos
e infinitos sufrimientos
surgen de la mente"».

y:

«. . . no es posible
controlar todas las circunstancias externas,
pero si solo controlo mi mente,
¿qué necesidad tengo de controlar lo demás?».

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