Cómo vivir un gran amor
No existen relaciones afectivas perfectas, las relaciones humanas, más aún la de pareja, son una herramienta muy valiosa y fuerte de evolución; siempre vamos a compartir con personas que nos dan la posibilidad de aprender algo y crecer; de nosotros dependerá elegir entre maestros "cariñosos o violentos". La capacidad de procurarse un gran amor se adquiere por aprendizaje y debemos saber que eso de "mala suerte en lo afectivo" es una inmensa mentira; existen muchas herramientas para buscar la felicidad. Si tenemos pareja y las cosas van mal, recordemos que todo en nuestra vida tiene un sentido, que esa persona esté en nuestra vida es por alguna razón, ¡hay algo que aprender! Para empezar debemos distinguir si es amor, pues nos enseñaron a ponerle ese título a situaciones conflictivas y neuróticas causantes de dolor, frustración y resentimiento. En este sentido tenemos varios puntos importantes por resaltar...
Nadie sufre por amor
"...Para amar hay que sufrir, decían nuestras abuelas..." Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por carencias y heridas emocionales de la infancia. Muchos hemos creído estar viviendo "el amor de nuestra vida" porque nos hemos sacrificado y dejado de lado nuestras vidas. El amor es felicidad, es estímulo, estar bien, entusiastas, progresar, ser creativos, vivir en paz, y lo más importante: es una decisión. Decir que se sufre por amor es una contradicción total porque no se sufre por ser feliz. Si estamos en una relación y no recibimos el amor que queremos, sería bueno comenzar a buscar una solución, pero no en el otro, sino dentro de nosotros.
Nuestra pareja es nuestro reflejo
Si la persona con la cual compartimos nuestra vida es linda y exitosa suena muy bonito saber esto, pero si es infiel y fría, la idea no es para nada agradable. Pues es cierto, nuestra pareja refleja un estado interno nuestro que no manejamos a escala consciente. Le echamos la culpa al otro y queremos que cambie, nos aliviamos pensando que tiene mas defectos que nosotros y "tapamos" el verdadero problema: un nivel bajo de autoestima, y la incapacidad para procurarnos el amor que necesitamos. Lo bueno es saber que el poder y la solución está en nuestras manos: para tener pareja y ser feliz hay que trabajar con nosotros mismos, suele ser más difícil de lo que parece, pero por otro lado ¡qué suerte! no hay que esforzarse para que el otro cambie!!!
El reflejo no es literal
No quiere decir que hagamos lo mismo que nuestra pareja, sino que su inadecuado comportamiento de infidelidad, maltrato, indiferencia, etc. reflejan algo que nuestro cuerpo emocional cree; inconscientemente pensamos que merecemos lo inaceptable, desviamos la atención en "lo malo" que es el otro y mantenemos la neurosis. Caemos en estas situaciones repitiendo con sus particularidades los modelos aprendidos en nuestra niñez o moldeados por las carencias afectivas.
No existen relaciones afectivas perfectas, las relaciones humanas, más aún la de pareja, son una herramienta muy valiosa y fuerte de evolución; siempre vamos a compartir con personas que nos dan la posibilidad de aprender algo y crecer; de nosotros dependerá elegir entre maestros "cariñosos o violentos". La capacidad de procurarse un gran amor se adquiere por aprendizaje y debemos saber que eso de "mala suerte en lo afectivo" es una inmensa mentira; existen muchas herramientas para buscar la felicidad. Si tenemos pareja y las cosas van mal, recordemos que todo en nuestra vida tiene un sentido, que esa persona esté en nuestra vida es por alguna razón, ¡hay algo que aprender! Para empezar debemos distinguir si es amor, pues nos enseñaron a ponerle ese título a situaciones conflictivas y neuróticas causantes de dolor, frustración y resentimiento. En este sentido tenemos varios puntos importantes por resaltar...
Nadie sufre por amor
"...Para amar hay que sufrir, decían nuestras abuelas..." Es absolutamente imposible sufrir por amor, se sufre por carencias y heridas emocionales de la infancia. Muchos hemos creído estar viviendo "el amor de nuestra vida" porque nos hemos sacrificado y dejado de lado nuestras vidas. El amor es felicidad, es estímulo, estar bien, entusiastas, progresar, ser creativos, vivir en paz, y lo más importante: es una decisión. Decir que se sufre por amor es una contradicción total porque no se sufre por ser feliz. Si estamos en una relación y no recibimos el amor que queremos, sería bueno comenzar a buscar una solución, pero no en el otro, sino dentro de nosotros.
Nuestra pareja es nuestro reflejo
Si la persona con la cual compartimos nuestra vida es linda y exitosa suena muy bonito saber esto, pero si es infiel y fría, la idea no es para nada agradable. Pues es cierto, nuestra pareja refleja un estado interno nuestro que no manejamos a escala consciente. Le echamos la culpa al otro y queremos que cambie, nos aliviamos pensando que tiene mas defectos que nosotros y "tapamos" el verdadero problema: un nivel bajo de autoestima, y la incapacidad para procurarnos el amor que necesitamos. Lo bueno es saber que el poder y la solución está en nuestras manos: para tener pareja y ser feliz hay que trabajar con nosotros mismos, suele ser más difícil de lo que parece, pero por otro lado ¡qué suerte! no hay que esforzarse para que el otro cambie!!!
El reflejo no es literal
No quiere decir que hagamos lo mismo que nuestra pareja, sino que su inadecuado comportamiento de infidelidad, maltrato, indiferencia, etc. reflejan algo que nuestro cuerpo emocional cree; inconscientemente pensamos que merecemos lo inaceptable, desviamos la atención en "lo malo" que es el otro y mantenemos la neurosis. Caemos en estas situaciones repitiendo con sus particularidades los modelos aprendidos en nuestra niñez o moldeados por las carencias afectivas.
Condiciones obligatorias para que haya pareja
Hay tres condiciones indispensables: la primera es la química, tiene que haber algo en el otro que nos atraiga, la segunda es la compatibilidad, debe haber una cantidad considerable de elementos compatibles y tercero, compromiso: ambos han de decidir conscientemente el compartir sus vidas para estar mejor, si hay presión y uno está detrás del otro, NO HAY PAREJA!!, esa es una señal muy clara. Recordemos que la relación de pareja es el amor del uno por el otro, no la absorción del uno por el otro. No lo olvidemos, si esto nos sucede quiere decir que quienes no estamos preparados para el compromiso somos nosotros, y el otro es nuestro reflejo. Las parejas que nos maltratan y humillan, nos están haciendo el favor de recordarnos que tenemos un montón de heridas internas, y que debemos buscar la manera de mejorar. Aunque suene increíble una manera de empezar a comportarse sanamente es agradecerles y dejarlos partir.
El ego y la codependencia nos hacen creer que aguantamos por amor, y no hay nada más lejos de la verdad, soportar, luchar, permitir lo insoportable, sentir persecución, aguantar maltratos, NO ES AMOR. Debemos tener cuidado con: tratar a la pareja como un niño, porque entonces el otro se comportará como tal y luego nos preguntaremos ¿por qué?. Toda sobreprotección indica control. Creer que los hijos atan a alguien. Cuando una pareja incompatible permanece unida "por los niños", les hace un gran daño. Ellos viven procesos de separación agónicos, tormentosos. Si realmente amamos a tus hijos, nuestra mejor herencia es enseñarles con nuestro ejemplo a decidir y hacer lo que quieren.
Una relaciòn de pareja es siempre para estar mejor!
Una buena relación es un contrato entre dos, donde ambos hacen lo que está a su alcance para hacerse mejor la vida. Si no, no hay relación, pues tener pareja no es para competir, cambiar al otro o descargar las neurosis que padecemos.
Renunciar a sufrir, decretarlo, gritarlo, escribirlo, comprometerse con uno mismo a respetarse y darse amor es salud. Renunciar a lo que no queremos, luego elegir y afirmar lo que deseamos para nosotros.
Amémonos a nosotros mismos, no vivamos la fantasía de creer que si llega alguien que nos ame todo se resolverá.
Si generamos amor, atraeremos amor; el gran secreto de oro para vivir una gran relación es amarnos a nosotros mismos, no sacricarnos por nadie, pues eso desequilibra, siempre nosotros en primer plano. Pidamos a nuestro Poder Superior que nos ayude a encontrar el plan que tiene para nuestra vida, pues no estamos llamados a vivir desdichados, sino a vivir en Amor y desde el Amor.
Olvidemos lo negativo y perdonemos, lo que nos tocó vivir tenía un sentido aunque no lo comprendamos.
Recordemos que el más grande amor y los mayores logros involucran mayores retos... y qué más reto que comprometernos con nuestra recuperación para mejorar nuestra calidad de vida.
Fuente: Taller dictado por Horacio Valcesia, psicólogo argentino
MI COMENTARIO
A mí me tocó pasar por una situación de decidir el término de mi matrimonio, el cual fué desencadenado por la infedilidad de mi esposo, pero debo reconocer que nuestra relación no tenía los ingredientes necesarios para que una relación funcione a largo plazo, nos casamos muy jovenes, no teniamos casi experiencia de la vida y a pesar del trance doloroso que tuvieron que pasar nuestras hijas, creo que fué lo mejor.... a mí me permitió realizarme como persona y quizas a él ...tener una relación mas madura con otra persona. Pero todo en esta vida te pasa la factura, por eso , puedo recomendar en base a mi experiencia, es que hay que abrir bien los ojos antes de decidir unirse a una persona, porque casi siempre los afectados son los hijos, cosa que superan con los años, pero en el momento crítico es muy triste para ellos porque se rompen todos sus esquemas....pero a la larga es un beneficio que no vivan en medio de dos personas que realmente no se aman...con todo lo que ésto conlleva.
marissa
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