La tolerancia, del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente, define la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no está de acuerdo. Y por extensión moderna, la actitud de un individuo frente a lo que es diferente de sus valores.
La noción de tolerancia se aplica a numerosos dominios:
la tolerancia social: actitud de una persona o de un grupo social ante lo que es diferente de sus valores morales o sus normas;
. la tolerancia civil: distancia entre las leyes y sus aplicaciones y la impunidad;
. la tolerancia según Locke: "dejar de combatir aquello que no se puede cambiar";
. la tolerancia religiosa: actitud ante las confesiones de fe diferentes;
. la tolerancia técnica: margen de error aceptable, o capacidad de resistencia a una agresión
Lo que la tolerancia no es
Tolerancia no es hacer concesiones, pero tampoco es indiferencia. Para ser tolerante es necesario conocer al otro. Es el respeto mutuo mediante el entendimiento mutuo. Según ciertas teorías el miedo y la ignorancia son las raíces que causan la intolerancia y sus patrones pueden imprimirse en la psique humana desde muy temprana edad.
Por ello, se podría decir que la tolerancia es el respeto mutuo, incluso, cuando el entendimiento mutuo no existe.
A menudo se tiende a asimilar la tolerancia a unas nociones, que aunque cercanas en algunos puntos, se revelan fundamentalmente diferentes.
La tolerancia se ejerce cuando un individuo tiene la autoridad o el poder de prohibir o suspender una acción que considere indeseable o molesta y no lo hace, sino que deja actuar.
La indiferencia
La indiferencia es no sentir ni placer, ni dolor, frente a lo que se percibe. No es en absoluto necesaria la tolerancia frente a cosas por las cuales no se siente emoción alguna. Por ejemplo, una persona para quien las cuestiones religiosas no son una preocupación, no puede ser calificada de tolerante en materia religiosa.
La indulgencia
La indulgencia va más allá de la tolerancia, pues es una disposición a la bondad, a la clemencia, una facilidad de perdonar, mientras que la tolerancia puede ser condescendiente.
El respeto
El respeto supone que se comprenda y comparta los valores de una persona o de una idea cuya autoridad o valor actúa sobre nosotros. A través del respeto, juzgamos favorablemente algo o a alguien; por el contrario, a través de la tolerancia, intentamos soportar algo o alguien independientemente del juicio que le asignamos: podemos odiar aquello que toleramos. Además para poder respetar a los demás, tiene que primero respetarse uno mismo.
Tolerancia e ideal
Se considera generalmente la tolerancia como una virtud, pues tiende a evitar los conflictos. Así de uno mismo.", Ejercicio de felicidad, Albert Memmi
"El espíritu de tolerancia es el arte de ser feliz en compañía de otros.", Los puños sobre las íes", Pauline Vaillancourt
Tolerancia y reprobación
Sin embargo, se considera generalmente que no hay tolerancia sin agresión, es decir que sólo se puede ser tolerante frente a aquello que nos molesta (es decir con lo que no se está de acuerdo) pero que se acepta por respeto al individuo (el humanismo) o para la defensa de un ideal de libertad (el liberalismo).
La tolerancia por respeto al individuo se podría formular como:
"No estoy de acuerdo contigo, pero te dejo que lo hagas por respeto a las diferencias"
La tolerancia para la defensa de un ideal de libertad, está perfectamente ilustrada por una célebre citación atribuida de manera apócrifa a Voltaire ¹:
"No estoy de acuerdo con lo que me dices, pero lucharé hasta el final para que puedas decirlo".
La tolerancia es sea una elección dictada por una convicción, sea una elección condescendiente. En todos los casos, para que haya tolerancia, debe haber elección deliberada. Sólo se puede ser tolerante con aquello que uno puede intentar impedir. La aceptación bajo constricción es la sumisión.
Desde los años 1950, la tolerancia se define generalmente como un estado mental de apertura hacia el otro. Se trata de admitir maneras de pensar y actuar diferentes de aquéllas que uno mismo tiene.
Es tanto más difícil comprender un comportamiento (y eventualmente aceptarlo) cuanto que uno no conoce los orígenes del mismo. Por ello la educación se considera a menudo un vector de tolerancia.
Así Helen Keller decía "El mejor alcance de la educación es la tolerancia."
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